junio 28, 2008

Alas


Nunca tuve alas.

Unas cuantas plumas mal puestas que ahora me arrancan y que me encuentro en la acera húmeda.

Manchadas y mustias.

No sé qué hacer con ellas.

No me sirven para nada.

Salvo para recordar que un día, estuve cerca de volar y me di de bruces contra el suelo.

Recuerdos


Mar de recuerdos, de los días pasados,
Cuando no tenía muchas preocupaciones,
Y las que tenía realmente no lograban afectarme lo suficiente.

Cuando el mundo cabía en cuatro personas y tres lugares.
Cuando mis días no tenían afán ni importancia.

Cuando el futuro era tan informe y lejano que no se relacionaba en ninguna manera con el presente
Y no había recuerdos ni pasado, porque se estaban apenas construyendo a la par.

Tenía entonces sentido levantarse en la mañana y acostarse en las noches,
Tenía entonces sentido hacer avanzar el mundo a pasos y detenerse en los detalles,
Tenía entonces sentido pasar noches en vela y dormir días completos y salir a la calle y esperar el nuevo sol en compañía,
Y contrariar todo y a todos y ser imprudente y feliz.

Tenía entonces sentido vivir, seguir, insistir y volver a vivir en un mundo agradecido y coherente.

Ahora cada paso es obligado, por la absurda necesidad de seguir con la rutina que me mantenga con los pies en la tierra.

Los pies, las manos, la cabeza y las rodillas,
Y tratar de avanzar absurdamente así en este sinsentido
Que para todo el mundo lo tiene.
Y no rendirse.
(Creo que, en el fondo, para eso sirven los recuerdos).

A veces...


A veces paseo por esos bosques en ruinas.

A veces comprendo que entre el musgo que se expande vertical -y que sirve de puente entre el cielo y la tierra- y yo sólo hay un espacio muy pequeño, casi imperceptible.

A veces me doy cuenta que muchos lugares del mundo no guardan ninguna diferencia con las irregularidades de mis manos.

junio 27, 2008

Nereida


Cuando estoy en el centro de la tierra, suelo encontrarme con una fabricante de retratos que se alimenta de pequeños odios
Y que, dice ella, el único amor que invade su alma es el que siente hacia los peces que algunas mañanas inspeccionan la superficie del mar para mirarla a los ojos.
Sólo los ama cuando los observa sin tocarlos, cuando construye caminos que la llevan hasta el lugar exacto donde los peces se acercan -maravillados- a verla.
Sólo los mira cuando siente la necesidad de partir, de levantar anclas y de nadar.
Sólo puede amar bajo esas circunstancias,
Sólo puede hacerlo cuando el impulso vital de acercarse deja de depender de ella y se transforma en una alianza entre la naturaleza y sus pies.

junio 26, 2008

Buscar el Edén


Tú, océano, río… cascada…
Fuente de sangre en forma de hombre…
Yo, mirándote, escuchando tus sonidos… despertando.
Alma escurridiza…


Muerte de segundos en mi boca,
Muerte de mi boca y mis sonidos,
Muerte de la música que alimenta el mundo…

Reemplaza estos elementos perdidos…
Ayúdame a retenerte…
Otra vez, otra vez--- y una vez más.

Nada que prometer, pero todo por cumplir,
Intento, intentas… intentos,
Hay algo que regresa,
Cielo en nuestros labios,
Violetas… margaritas…


Muéstrame tus manos, juega con las mías.

Nada me corresponde hacer excepto amarte,
Sentir tus contornos.
En lugar de escapar, quedarme,
Sólo quedarme,
Mientras el movimiento sigue encadenando mis piernas.

Buscar el Edén de la inocencia primera
Que nos deje habitar el lugar anterior a la culpa y al pecado...


Quedar donde siempre -allí- aterciopelando insomnios
En el amor que nace y renace
Sangrando en el frotar de las piedras
Hurgando entre mis labios

En la inocencia de mi cuerpo bajo tu mirada
En la mística simultaneidad de lo erótico y la huida
Bebiéndonos en sed eterna.

Tacto


Una mano, una vez, escribió en aquella piel la historia de amor más bella del mundo.

Abierta. Suave. Contradictoria.

Esa piel, ahora, añora, llora.

Se seca. Se quiebra.

Espera que la mano regrese a posarse sobre ella.

Abierta. Suave. Contradictoria. Para siempre.

junio 25, 2008

María en el universo de las maravillas


Mientras muchas luces reflejan algunas de sus partes en la baldosa, María se ve poco menos que nítida en la mancha fastidiosa de la pared y se mira a los ojos.

Lo que ve es que sus pies huyen entre gritos y más gritos, silbidos desesperados y ladridos de algunas mujeres,

Y que el caos de los buses la obliga a no escuchar y a correr lento, simulando la película que tiene en la cabeza justo en ese minuto.

Sus zapatos luchan por evitar lo sucio pero sus pies quieren lo contrario.

Entonces, María se aparece con un color dulce en la garganta o la arena seca de un espejo en su frente.

Cuando ella se ve como uno más, busca una calle que todos conozcan y que todos visiten todos los días y a todas las horas para hacerla propia y, casi sin pretensión vanidosa, la transforma en un universo no muy grande pero tampoco un miniuniverso;

El universo con el tamaño justo de la calle que escogió hoy, en el que pinta de invisible cada par de pies que deambulan junto a ella.

Mientras juega y sonríe con lágrimas azules, la mancha sigue en frente suyo, fastidiosa e impertinente, viendo dentro de sus pupilas púrpuras y preguntándose cómo María puede caminar por su calle universal al tiempo que es sólo un trazo encantadoramente imperfecto que ella misma se imaginó.

Sombras


Me atraen las sombras porque al menos sé que hay algo detrás de ellas,

No como cuando el paisaje es tan constante que no hay irregularidad alguna,

Que no hay nada que evite darme cuenta de que estoy completamente sola.

junio 24, 2008

El despertar del héroe


El héroe camina y descubre el mundo a su callado paso.

El héroe de color aguarda bajo los gruesos árboles que rodean al planeta,

Y entonces tiene que dejar de ser real,

Tiene que volver a ser el que alguna vez fue,

Tiene que volver a ser de papel coral y de pasos intocables.

Raíces heroicas


Hay raíces que atan a las personas que caminan,

Que las obligan a ser como sus propios pasos: lentas y fúnebres.

Pero hay personas que, lejos de caminar atadas a la distancia marcada por sus propias piernas, son capaces de sembrar otro tipo de plantas en la fertilidad que le es dada a la tierra donde crecen.

Hay personas que pueden "escalar el viento",

Hay príncipes de madera o de la textura de los pétalos de esas flores que no han nacido todavía.

Hay héroes de color que caminan despacito sin incomodar y sin hacer tanto ruido,

Héroes de papel coral cuyos pasos no se tocan, no se pueden tocar.
Entonces llega un día en que se vuelven reales.
Entonces el día vuelve a ser día... el sol renace ante los ojos de la gente y todo vuelve a empezar como un arcoiris que siempre fue sólo un reflejo en el agua y que de repente un día se vuelve de cielo.
Los héroes son reales y caminan por la noche como si la atravesaran con sus armas;
A veces se vuelven de hielo y terminan derritiéndose y siendo agua derramada en el asfalto...
Porque no existe lugar, no existe forma real ni espacio del mundo donde el héroe con espadas de bronce pueda ser feliz.
Porque su lugar es otro, su lugar es pasajero y tenue como el color de las poinsetias,
Su lugar es un eterno no-lugar que cambia por naturaleza y que jamás puede ser uno mismo sin ser muchos y ser ninguno.

Mitología


Al final del pasillo se encuentra Penélope, con la fea decadencia del olvido,

Tejiendo agujeros imaginarios, que destruye y reconstruye,

Una y otra vez, a la espera de que su Ulises vuelva de su rutina laboral,

Esa que le absorbe el tiempo y las entrañas.

Mientras, Telémaco, que está engordando de no hacer nada,

No sabe si ser un cobarde camuflado de héroe como su padre,

O lanzarse a una piscina vacía, de cabeza, y haciendo una pirueta en el cielo.

Eso sí, con un inútil flotador puesto.

Por si acaso.

Mucho ruido



Su ruido es importante, casi que imprescindible.


Revela todo lo necesario para vivir en el segundo, para no dormir y para estar en la fantástica espera de que algo, cualquier cosa, pueda pasar.


Me mantiene atenta.


Preparada.


Ruido que renueva, desempolva y me ubica frente al espejo que siempre tengo alrededor y que malintencionadamente procura reflejarme en un desierto de espacios.


Me aturde todo el tiempo, me sacude y me empuja contra la barrera de mi círculo tan definido y tan insoportable, sabiendo de antemano que por más grande que sea la fuerza del impulso no podré salir jamás.


No hay relojes, ni siquiera tiempo que pueda ser medido.


No hay tristezas que no sean susceptibles de empeorar o alegrías que consigan distanciarnos de la verdad llena de ruido.


Ruido.


Si no fuera por el ruido las suelas de los zapatos serían igual a las medias, miedosas ellas que quieren proteger a los pies sin arriesgarse y sin hacer sonar nada.


Cómo nos verá el zapato desde abajo.


Seguramente como cobardes seres vivos, hombres invadidos por la calma y la quietud, por el desespero y por un terror desmedido.


Pánico tan cotidiano como ingenuo que sentimos por nuestro propio ruido.

junio 23, 2008

Rito


Cuando alguna parte de mis manos se acerca a la vida puedo volver a mirar.

Como si fuera la voz del cielo, las tormentas me devuelven al agua y a la tierra.

Ahí sé que se vuelve al principio una y otra vez,

Que se devuelven los pasos en el tiempo y en el espacio,

Que se empieza a desandar los caminos que se creían plenamente recorridos

Y que parte de caminar consiste en el retorno.

Se vuelve al principio sin saberlo,

Y me doy cuenta cuando parte de mis manos se acercan a la vida

Y vuelven a tocar y vuelven a sentir y vuelven a ser manos.

junio 16, 2008

Momento "si"...


Si mi tristeza alcanzara para dibujar muros y puertas, muros y puertas, muros y puertas en este, mi mundo de mentiras.

Si esta tristeza alcanzara para palpar otras tristezas o para alcanzar con los dedos esos días de indiscutible tranquilidad...

Si todo me sirviera para darle a las horas pasadas forma de fruto podrido...

Si pudiera abrazar ese fruto en descomposición y luego comérmelo para no tener que añorarlo nunca más.

Si mi tristeza me sirviera para algo, si todo esto me sirviera para algo,

Tal vez tendría el don de sentirme dueña de lo que ahora me vuelve en sueños y que veo tan lejano aunque me silba tan cerquita y tan clarito.

Mi superficie habitable...


Casa de campanas.

Cajas con miles de esquinas de polvo y de cartón.

Cajas que me envuelven en esta niebla que busca compadecerme.
Campanas y cajas.
Redoblan pero no suenan, retumban sin timbre, sin color de notas, sin pentagramas de barro como era antes.

Campanas. A gritos, campanas. Gritos de animales viejos y de mi casa sola de presagios y jardines.
Me sé en esta casa que en el día se vuelve de cartón, en esta avenida cerrada y cercada por los troncos de viejas violetas.

Es ésta mi autopista de nieve descompuesta y de candados guardados para siempre en el armario porque ya no hay puertas para asegurar:

Es la casa de las no-entradas, la que se muere de ruinas y baldosas en desuso.

Son éstos mis huespedes que parten y vuelven eternamente y cuya salida inútilmente intento impedir.

Son los escombros de mi casa los que se caen de tiempo y de suma de tiempos infinitamente cortos, casi imperceptibles.

Epifanía de viejos tactos.
Es la casa que me aguarda siempre aunque yo nunca pueda salir.
La que me espera aunque no deje de habitarla.

junio 15, 2008

el rastro de alguna tarde...


...¿Cuánto mas?

¿Cuánto tiempo tendrá que pasar?
¿Cuántas zancadillas autoimpuestas?
¿Cuántas alegrías pequeñitas tendrán que acomodarse en mis días para querer hacer algo?...
Para manipular la idea de dolor y ser su victimaria y no al revés.
¿Cuántos días, cuántas personas, cuántos espacios y colores tendrán que ver mis ojos para escoger algo, asumirlo y enfrentar sus malditas consecuencias?
Indeseable debilidad a consciencia,
Necedad ficticia que me consume día tras día.
Ojalá a los sentidos les funcionaran tantas palabras.
No es posible evadir el reproche, ni hacer que al tiempo que se cruzan los brazos en señal de una prolongada espera,todo se vuelva vapor que asciende y desaparece.
...Y usted no está aquí,
Y no estará por más que espere y vuelva a esperar hasta cuando el tiempo ya no exista...

Rómpete un poco, como yo


¿Cuántas veces nos tenemos que romper para volver a integrarnos?Ojalá la sabiduría caminara al mismo paso mío,Que estuviera siempre cerca y que su voz no fuera como las extrañas lenguas de la torre de Babel.

Pero hay que romperse, hay que quebrarse,
Y abrir los ojos para por fin ver esas caretas que no nos muestran la realidad,
Lo malo, cruel e inferior que poseemos, ver eso para decir
¡eso no quiero para mi vida!

Y decir "yo no quiero eso" cuesta trabajo,
Cuesta hacer ver a los ojos,
Que entre por fin tu imagen real, y dejar de realizar el gesto del loco...

De ese proceso vengo saliendo.

Desde hace menos de un día, el fantasma volvió a marcar presencia, Como si supiera que alguna vez le pertenecí, como nunca he pertenecido a ninguna parte.

¡Y claro! yo ando vociferando por la vida que todo esta marchando tan bien,
Y realmente marcha bien, tengo asumido lo que soy, lo que tengo y deseo.

Pero... está este detestable fantasma indeleble, que cuando creo que ya ha muerto… vuelve.

junio 14, 2008

Entre Paréntesis


El espantapájaros me ha dicho que soy un persona horrible, que tengo un poco de cada cosa mala que hay en el mundo, que él no desea seguir con alguien así.
Bueno, es inevitable, él ha decidido dibujar un paréntesis de nuevo, ahora en su vida, no se...
¿para borrar un paréntesis se debe colocar otro que cubra el inicialmente puesto?

Otra vez estoy alejada, sola, no me entristezco, sólo me indigna que El espantapájaros haya dibujado el paréntesis.
Bueno, la gente es así, ya ni me sorprendo.

1:53 p.m. "Under pressure", Queen.
Ésta canción, recuerda demasiado, pero sus sonidos me reconfortan, y vuelvo a viajar. En este momento, sólo pienso en el hombre del ocaso [puff, que cursi], pero bueno, era la única analogía que podía hacer a un hombre que veía después de las 6 p.m.

Hace pocos días, dejó de ser una analogía.
Aún me intriga la pregunta, de si este hombre recuerda mi mirada, si recuerda que mis ojos lo han seguido en medio del ocaso, por mucho tiempo [y vaya!, si que ha sido mucho tiempo, creo recordar la primera vez que mis ojos fueron absorbidos por esas letras, pero eso sobra ahora], sólo quiero unas palabras... sólo es una hora con la música.

¿Será que el hombre del ocaso sabe que yo lo imagino diciendome dos palabras?

No creo, él tiene fuerza en su mirada, jamás respondera “too bad”.
Es de esos hombres que responderia a un "te quiero" dándote un fuerte golpe en la nariz.
Me pregunto si se burlará de mi analogía, si tendrá una sonrisa en su rostro, si reirá macabramente al leerlo o si se pregunta porqué guardé el final para hablar de él. Que por qué le hablo de un tal espantapájaros. Tal vez, por la misma razón que empecé escribiéndole a un hombre, para terminar dirigiéndome a otro, realmente está fuera de todo sentido [bueno, para alguien normal]

Sí, creo que El espantapájaros tenía razón, simplemente estoy desequilibrada, a eso se reduce todo, necesito un paréntesis más grande.

junio 13, 2008

Sólo Una Mirada

A veces, en las tardes, una cara
Nos mira desde el fondo de un espejo,
El arte debe ser como ese espejo
Que nos revela nuestra propia cara.

Arte Poética- Borges




La cabeza sale,
Mira, mira, mira y abre los ojos sabiendo que allá afuera la ven también.
El ojo abre los ojos pero no mira, sólo observa.
El paisaje se queda inmóvil,
Como si la cámara, al capturarlo, lo obligara a permanecer constante,
Lo retuviera con sus manos y lo condenara a ser imagen para siempre.

junio 10, 2008

Abriendo un agujero hasta ti



¡Ven!

Bebe de mi sexo,
Como náufrago el rocío.

Aquí me tienes tendida,
Abierta como la hoja de la palma…
Latiendo como un batracio después de la lluvia.

Triste y vencida,
Terriblemente sola sobre la hierba,
Despeinada…
Vacía.

Llena, repleta, henchida de deseo.

De pie
Contra el peldaño…
Tú destilando… escurriendo, exhalando

Transpirando, goteando, perdiendo…
Yo callada,
Escarbándote…

Absorbiendo todo tu olor.

En un bar,
Dedos nudosos…
Como vides ya muertas…
Entrando.

Saliendo…

Encerrados en un baño,
Tu semen
Resbalando por el lavabo…

Exprimiéndote como a un limón,
Tus testículos, tibios higos…
Fecundas uvas, mis ovarios,
Breviarios de placer.

Yo, Madonna inmutable.
Mitad mujer, mitad bestia.

Alimaña mortal, procreadora del placer.

Tú, Caronte en busca de la moneda,
Navegando por mi cauce…
Atravesando el Estigia.

Conocedores de que al otro lado
Nos espera
La desolación.

Doncella de piedra caliza
Deshaciéndose en mi flujo,

Derramándose y fluyendo por mis piernas
Llegando hasta el rubí de fuego…
Resbalando por mis límites.

Alicia en el laberinto.

A horcajadas,
Tus flancos golpeándome.
Jinete sin espuelas ni tiempo,

Agarrándote a mis caderas,

Magullándome con las uñas,

Hiriéndome con los labios.
Ya no se si eres tú el que entras,
O soy yo la que te invade.

Lilith y Eva, abrazadas
Sobre un lecho de musgo.

Madre e hija,
Ramas de un mismo árbol…
El del Paraíso.

Mano que roza mi mano con fuerza,
Mi piel derretida
En impacientes manos hambrientas.

Serpiente enroscada al manzano,
Piel canela, deliciosa y desnuda piel canela.

Aferrarse a unos labios para no caerse del mundo,
Bajar por el cuello,
Lamer, besar, morder…

Urge la inquieta mirada
Acucia el olor a sexo... Serena tierra mojada
Un dolor de cristales bajo la espalda
Un bacanal de deseos anónimos.

Besos bajando
Espalda arqueada…
Tacto, tacto húmedo de los labios.

Lengua detenida aquí,
Aquí en este vientre pálido,
Este mar interior, esta espuma...

Este rastro de babosa en los dedos,
Aquí, todo mi deseo de loba hambrienta.

Un jadeo lejano,
Hay algo aquí dentro…

Falo desnudo y violento,
Manos húmedas y presurosas,

Espasmos musculares,
Taquicardia,
Sexo, sexo, sexo…
Amor, éxtasis, ¿amor?

Doloroso y placentero.

junio 09, 2008

Eternauta


«si digo sed, ¿beberé?»

sí, mi querida Adrianne, beberás.

Las palabras de hoy ya no son tus palabras.

Se abrió una conspiración de virtualidades.

Estamos sedados.

Cegados en la impronta de un nuevo imaginario colectivo.

Tenemos hambre de lo que no hace falta.

Este es el descanso inútil en el país de los tuertos.

No hay modos.

El fin se acerca.

Tomaremos siete cajas de pastillas para evitar la anemia mental.

Antes de la salida del sol habrá venido hacia mi.

Algunos aspiran la felicidad.

Otros, seducidos y abrazados, se quedarán con su obra.

Estoy hablando de la impiedad.

-No ha tenido un sólo momento vacío en toda su vida, ¿cierto?

-Los he tenido.

-¿Adónde va?

-Busco una isla privada.

-¿De qué huye?

-¿Por qué me pregunta eso?

-No sé. La gente nunca huye de nada. ¿Sabe lo que creo?, que todos tenemos nuestra "trampa" privada. Estamos atrapados en ellas y ninguno de nosotros puede liberarse. Arañamos y rasgamos... Pero sólo contra el aire. Sólo contra nosotros mismos. Y, a pesar de todo eso, no nos movemos un sólo centímetro.

-A veces nos metemos en esas trampas a propósito. Yo nací en la mía. Ya no me importa.

-Pero debería importarle.

-Me importa. Pero digo que no.

Psycho/1960.





La vida se puede intentar describir en términos de la relación fuga - permanencia.


Esa dicotomía sirve de espejo para decidir entre millones de maneras y de rumbos.
Las trampas de Hitchcock siempre me han llevado a pensar en la posiblidad de aceptar un camino sin futuro, sin metas ni expectativas, sin líneas de llegada.



Entonces la añoranza recurrente y el deseo a largo plazo pueden resultar igual de inútiles; la complejísima búsqueda, la necesidad de trepar por los muros del laberinto para mirar cómo son los laberintos de afuera puede ser un ejercicio autodestructivo.


Cuando se es consciente del sinsentido de la vida se percibe que el progreso es inexistente, pero, si uno está lo suficientemente cuerdo como para seguir normas y rutinas en las que no cree, es porque la lucidez genera que veamos que la vida es tan banal que no es posible vivir como una tragedia.


No sé qué tan válido pueda ser todo eso.


No tengo certezas y no me importa, pero siento que las preguntas se marchitan, que optan por escapar.


Algunas veces no me queda más remedio que hacer lo mismo: evitar la permanencia y huir a través de largos trayectos sin pensar en el barro en que se hunden mis pies mientras caminan.


Otras veces, sin embargo, puedo contemplar sin mover una pulgada mi cuerpo, puedo mirar el transcurrir de tantos segundos y tantas vidas fuera de mí.


Tal vez construyo mi propia trampa, tal vez he vivido en ella desde siempre.


Acaso mis esfuerzos desesperados por cimentarla y ajustarla a mi vida me hacen una mujer terrestre, un fragmento de raiz que se debate de modo intermitente entre su fuga y su permanencia.

Policromía aniquilante

"I am strong in his hands, I am beyond me; on my own I am human, and I do fault"

Los lirios de tu cama cambian constantemente de color y de tiempos.

No saben escucharte, y yo les hablo, sin embargo.

Con ellos comparto cosas como la lejanía y como el tender inútilmente a resistirse a un deseo atrancado entre la piel y el alma.
Comparto el lugar sobre la almohada y el silencio de un cuarto con techos de papel, paredes de viento y antiguos cementerios de breves notitas musicales en clave de sol en los tapetes.

La ausencia de lo que evado es ahora la permanencia que en el futuro dibujará mis noches, mis días sin sol e incluso sin nubes que consideren borrarse.

Cielo despejado al que me rehuso.

Al que me resigno.


Y sin embargo te sigo escuchando.

Te sigo, y también me desvanezco como puntitos multicolor en unos ojos cerrados al escucharte cuando tu voz quiere estar.

El resto de momentos me conformo con todo lo demás que recojo del mundo.

Cuando mi mente inoportuna se empeña en volverte formas y en dibujarte con contrastes de verdes y violetas, mis manos no saben qué hacer.

Se desesperan, me hieren.

Esta policromía excesiva me desgasta y me mata como esa gota que cae en el cuello del sentenciado y lo aniquila con dulzura, con la levedad asesina de lo que se busca para saciar la sed.


junio 08, 2008

Y un día después del sábado

"Una canción a la vida, a la muerte. Una erección, sabor de final. Un orgasmo, en la mente, del espíritu. Un camino, los pies cansados. Espera... espera. Larga espera escuchando ese ritmo. Y un día amanece más claro. Un día, la conciencia es conciente"
Juan José García





Gris oscuro está todo a las ocho y media de la mañana de este gloomy sunday.


A las nueve y veintitrés el sol ahogado pone en evidencia el deseo (pasmado, egoísta y hasta mezquino) de transformar lo gris en algo menos lúgubre y menos frío sin que la cortina, crema como ella sola, lo permita.


Aunque admiro el carácter del sol, quiero y añoro más la decisión permanente y rígida de la cortina.


Todo es igual a la una de la tarde, y también a las dos y media.


A las tres y cuarto ya no parece todo tan gris como antes, luce más bien como vinotinto rojo.


A medida que la noche entra y la fuente de luz se enciende ya nada parece gris, aunque la cortina no ha cambiado de expresión y me sigue mirando.


Yo la observo ocasionalmente y sólo de reojo, porque no quiero que se de cuenta que yo sé que ella me mira.


Y ella, aunque callada y quieta en su silencio ansioso, sabe que yo sé que ella sabe.

junio 06, 2008

Trémula...


Tu color perdura, baldío, tan dentro de mi voz : eres como esas flores que se llaman pensamientos.
Y ahora esas flores me invaden... y no hay en este lluvia un centímetro de resguardo
Es que estabas tan ajeno a mis manos ya podridas por el tiempo, ya resignadas a la mansedumbre de mis pies, que yo no sabía descifrar el espacio entre tu voz y el impalpable eco de una palabra que ha dejado de ser.
En la mañana, ayer, de noche, de tarde, salí a buscar pequeños pozos de duendes y lilas profundas.
Ni un segundo me sentí capaz de resistir la brisa de diferentes formas del hielo porque sólo buscaban derretirse en mi espalda: ¡algunas se parecían tanto a ti!.
Estas pequeñas búsquedas me transponen a un espejo que refleja a la eterna y sometida víctima del mundo y sus lugares.
Digo esto y el planeta se enmudece.
¿Podrá mi cuerpo volver a florecer? insípido, incoloro, tenue; se parece al agua sin ser nada de ella. Sin ser.
Ahora te ordeno que entres.
Desde el alba, despierta: crece.
Desde este atardecer aparécete con formas conocidas y antiguas: "Eres un ángel", vuélvelo a decir. Te lo ordeno.
En últimas, mi cuerpo se enmohece por las olas heladas que recuerdo.
¿Acaso soy más que este desteñirse, más que este caminar hacia ti sin moverme de mi impenetrable asilo?
¿Puedo saberme como algo que no sea este esmalte a medias o este mi miedo de palabras que me unen a la tierra como si fueran raíces implacables?
¿Puedo pretenderme diferente a la muchacha hecha de tierra estéril que el espejo se empeña en mostrarme?
¡Tercos trazos!
La sombra, ¿es un error del sol o es sólo alguien, algo, en fin, que se rehúsa a tocar la luz?

Final.
El asesino busca la carne de su víctima hasta desenterrarla de su propia tumba.
El asesino contempla y desgarra las ropas de la que se acuesta, tímidamente, a morir.

Post-ludio

Tan lejos de mi; yo.
... Pero no es este placer de abandonarme a sus brazos acogedores...

Tampoco es la sensación de expandirme agonizando hacia lo eterno, sólo para revivir después en el gris otoño de sus días.

Es sólo que la necia niña de mirada y zapatos azules, busca debajo de la cama ese prisma triangular donde habitaste desde siempre.

Tus inmensas figuras la recorren, la buscan, la persiguen, bajo las claras ondulaciones del cielo púrpura que lo ve y lo conoce todo.

En tus ojos profundos como la selva ella juega y se esconde

Y tú la persigues como se persigue un año o el mediodía de un domingo, la buscas detrás del color de los almendros y encima de la sombra de los alcázares.

Ruegas porque esta tonta niña aparezca y caiga de cansancio de nuevo entre tus ya cansados brazos.

Y como el tiempo, yo miro desde la ventana que da a ese jardín, miro y me compadezco de la torpe niña que te busca huyendo de ti, del cuerpo de papel, del tacto de agua, de los pasos que no dejan de buscarte aunque te encuentren siempre, como una aparición o una sombra de lo ya ido.

Perpleja, la muerte de los días nos mira a los dos, nos mira y se avergüenza de esta mente tan llena de ti y de esta niña que sigue corriendo hacia ti...

Y de estas manos que no cesan de existir aunque debieran.

Porque hay en esta casa muros que se expanden como yo y como la niña y preguntas que han dejado de ser suicidios para convertirse en muertes.

Mis recuerdos de ti no te anidan al pasado: Más bien te obligan a ser objeto, pared, punto suspensivo.

Te atan a ser plegaria y pozo donde confluyen mis tristezas y deseos.

Tu ausencia hace que esta niña no cese de morir.

Este desvanecimiento atemporal e ilógico, se detiene en tus manos de cadáver del tiempo.

junio 04, 2008

Resguardo

"Las mareas y las estelas tienen cielo de ti...
Ojalá tuviese yo tu amor así
Sin saber cómo entrar, o cómo salir
"
Cielo de ti - Luis Alberto Spinetta



Mire hacia algún lugar a la derecha.

Imagínese (aunque si mira delicadamente no habrá necesidad de imaginar mucho) que ahí hay un punto y que él es nuestro planeta carmesí.

Para nadie más en el universo existe, y para nosotros dos, a alguna hora de la semana, no existe nada más aparte de ese atardecer del inexistente mundo alterno que nos cobija.

(El único problema es ponernos de acuerdo sobre esa hora)

Ya no existen más sonidos o palabras que sirvan como puente entre mi extraña cobardía y su frágil sensatez.
Es hermoso cuando todo es tan efímero e irreal, porque -al menos en este caso- tiene que ser maravillosamente profundo.

El planeta seguirá ahí eternamente, asi nunca más nos encierre delicadamente su atmósfera, y asi tenga que ver cómo el atardecer se vuelve noche sin que ya ninguno de los dos esté con él.

junio 03, 2008

Mutismo acinético

"La Nostalgia se pinta de muchos colores"

Mis letras no hablan.
Mudas de tiempo y de vida se rehúsan a ser siquiera un gemido.
Mis letritas se resisten a abrir toda ventana y a mirar por toda puerta.
Mis palabras son entonces como un crisantemo, vacías de viento, colmadas de aroma a día blanco.
Un crisantemo sin raíz que fue sembrado, que ya antes fue semilla esparcida en un techo subterráneo y que ahora se complace de ser sólo tinta multiforme.

El Baúl de la memoria

"En algún momento debió complicarse el sutil amasijo de cosas que llevamos dentro de la cabeza,

y el amor dejó de responder al simple mecanismo de estímulo-respuesta"

Estímulo Respuesta, Jeremías López

Escudos, amuletos, creencias, intuición.
Casas de hierba, palmeras de té y nulas posibilidades de estar cerca.
Anillos, pasajeros, suelas y zapatos de vidrio irrompible.
Mis libros ¡mis libros! ... mis hojas de papel brillante y mis letras de color negro, ocre y púrpura.
Mis letras que no son mías, mis letras de cartón y de viento, mis palabras de madera vieja y de vino tinto en llovizna.
Mis papeles en desorden, los pliegues que nunca agrietarán tantas ideas.
También mis papeles en orden y mi tinta necia e impasible.
Mis ideas, mis ideas de plástico y de humo, mis ideas insensatas y mi angustiosa cotidianidad.
Transcribo compulsivamente y me doy cuenta que no hago nada y que mis dedos nunca serán suficiente impulso para que el papel hable, grite o simplemente, observe.
Sé que mis manos no crean.
Sé que mis oídos no engendran sonidos cuando creen que los escuchan y que mis pupilas no se acercan ni remotamente a la idea de contemplación dinámica donde la imagen no existe si ellos no se aproximan a palparla.
Sé que las figuras, como las palabras y los sonidos, siempre están.
Hoy, sin embargo, me gusta pensar que sin mis sentidos el mundo se desplomaría, y que mi cuerpo, inasible y saciado de tacto, se convertiría en cadáver.
Tal vez se convertiría en sinfonía que se autodestruye, que corre hacia su propio letargo.
Cuerpo, manos y boca : únicos observadores, marchitos y desérticos, decididamente inhabitables.

Inmovilidad detestable...

I

He caminado durante horas, después del vino y los buenos tiempos, después de las letras, de las palabras que salieron de mi garganta con el dolor más infinito que pude sentir jamás, de la lectura que contemplamos y de las lágrimas que resbalaron sobre la ropa mientras la diminuta llama de fuego de la mesa simulaba ser una de las fuentes de luz que se veían más allá de la ventana, sobre los postes.

Después de las puertas de Duchamp y el pragmatismo detestable de mis necesidades, estoy otra vez mirando por la ventana.

II

Cuando veo ese paisaje de afuera me pregunto si puedo intentar traspasar el cristal y volverme parte de los ladrillos que todo lo ven pero que nada sienten, si es posible en alguna medida palpar los rayos del sol con mis yemas que se visten de restos.

Me pregunto si es posible tanta irrealidad, y si puedo fabricar con mis pies senderos de trigo que me lleven hasta un espacio de luz y de agua.
Sólo miro sin sentir.

Muy posiblemente sólo inspecciono.
III
Soy una testigo inmóvil y callada de ese momento exacto en que los pájaros que habitan mi cuerpo emigran hacia confines más cálidos y me abandonan sin dejar rastro de movimiento en mi sangre.

Por más que intento no puedo volar con ellos.

Ni siquiera mis manos son capaces de obstruir su vuelo para que permanezcan viajando a través de mí.

junio 02, 2008

Insecto de Papel


Mañana que se evapora.

Hay una polilla en la cortina que escala y escala.

No vuela, no se tomaría el trabajo de volar cuando puede caminar hacia arriba.

Mira hacia abajo mientras el vértigo se apodera de sus patas: de las pequeñas patas de sal que nunca han tocado el suelo sin quererlo.

Es sólo un insectito de papel, animal de otoño que ocasionalmente se mece en el viento y en la densa e insoportable atmósfera de mi cuarto.

El rastro invisible de sus colores tierra obligan a los minutos a desaparecer, a no existir.

Sus huellas intocables me convierten a mí en un ser de alas en desuso, brazos de invulnerable fragilidad y dolorosa quietud.
Insecto de papel que me mira desde su ilimitado panorama, pequeña partícula del mundo llena de movimiento y de luz.

La tarde se vuelve sólo fragmento de día que se esconde debajo de la cama.

La polilla baja y sube, baja y sube sin caer, siempre llegando a ningún lugar.

Si ella se resiste a usar sus alas, ¿por qué habría yo de pretender usar las que no tengo?

¿por qué no mirar hacia el suelo cuando es lo único que mis pies buscan… siempre?

Todo me habla, todo me dice que corra y me detenga.

Todo me grita en algún momento, mientras la polilla, suspendida en su eterno ir y volver, me mira con angustia.

Cadáver Exquisito Sin Continuidad

"¿Has adivinado y pintado este recuerdo mío o has pintado el recuerdo de muchos seres como vos y yo?
Fragmento de una carta de María a Juan Pablo - El Túnel
Púrpura.

Camino, mirar, avanzar lento.

Close to you, drawing you, painting the wall, renaming the substances of the planet.

Ocean, river, waterfall, lake.

Fountain of blood in the shape of a girl.

Staring at you, listening, awakening up, slippery soul.

Púrpura.

No estar, cambiar, caminar, parar, aprender a conocerlo todo.

No.

Niña. muñeca de trapo, alma de cristal que se rompe con el viento : Arbol creciendo en mis entrañas, árbol sosteniéndose por sí mismo a pesar de mis raíces fragmentadas.

La aridez del paisaje.

Show me your palms, play with my hands.

Unspeakeable uncertainty.

Lonely nights made of over sensitivity in vain.

Nights of careers against the time.

Death of the seconds in my mouth.

Death of my mouth and my sounds.

Death of the music that feeds the world.

Replacing these missing elements, helping me, help me once again.

Again, again, again.

Again I refuse to be falling,

Again my entire universe of maroon bricks is falling and is forcing me to fall down with him, but I hope I can sustain, I know that, for now, I'll can sustain myself against the void.

I want to be safe, I want to feel it again, at least for a little moment.

Once again that the soil made of orange blossom is by my side, just that the ivory caresses save me instantaneously.

And then, the sweet return.

Camino hecho, pensado, dibujado y ahora revisado por la niña que camina sobre el verde del mundo.

Fountain of blood.

Púrpura.

Corre, no mires, sólo corre y alcanza a empezar, a salir, a llegar, a cavar, a caer.

Digging that hole, forgetting the sun, don't sit down: it's time to dig another one.

Get used to leave because you have been left.

You want to speak, to continue, to get up, to walk once again, but your worried mind wants to stop saying it, stop speaking, stop thinking, stop screaming, stop describing, stop writing this shape of a girl.

Now, learning to bleed in silence.

Now, you know it's not up to anybody.

A voice : You can decide what you give but it's not up to you what you get given.

Right. No.

Now, you know you can ~and you must~ undo, and after this, you must draw above this lost girl, above her old papers blackened by the unbreakable shouts of all these years.


junio 01, 2008

Paréntesis

"It's just a hidden place.
Indeed, a common place."







( Una especie de comodidad desagradable emerge del papel de mis libros, no sólo como una presencia ilusoria, sino también como una desnudez del mundo. A través de estas letras, puedo oler esta incertidumbre sobre la fe de dedicar mi vida entera a cosas irreales, cuando esta gente que me rodea se asesina mutuamente, y cuando, sin importar lo que haga, los tonos grises llenan el mundo de desesperanza. No es un tedio por la vida, ni siquiera la desesperación de alguien que piensa como una persona solitaria, pero cada día me despierto siendo consciente de la irrealidad de las imágenes en mi mente y esta conciencia también me obliga a confrontar mi propia mortalidad y enfrentar la posibilidad de que, como los libros viejos, voy a caer en el olvido. Y me resisto a eso, pero al mismo tiempo voy cayendo en la espiral de la comodidad... en ese modo de"sólo ser" que he odiado todo este tiempo.
En este punto, en este preciso momento, en este profundo silencio, sólo quiero ser una buena persona, pero día a día se me hace más difícil. Sólo quiero hacer las cosas que debo hacer. Sólo quiero comprender estos episodios de vida y dolor enredados en ese "todo" que es capaz de ver su propia destrucción, sólo quiero saber porqué toda esta mierda se está volviendo tan usual, y porqué este color oscuro de cada día de mi vida se está alojando en las estancias más profundas del silencio dentro de mi, dentro del mundo... No sé porqué, pero no quiero ser como la tristeza en los rostros de la gente que camina en la ciudad. Me niego a ser el caminante moribundo que atraviesa las calles.)

Fragmentaciones Disneicas

"You own me: I am yours
You have to trust it
I'm eternally yours"
Generous palmstroke, Björk

I


Tránsito. Estación que acaba y que mi cuerpo padece.




II

Sé que hay una noche y un lugar propicio para enfrentar con palabras la vaguedad del mundo que ahora se desnuda ante mí.

Finalmente llega un momento especial en el tiempo, un lapso compuesto por segundos evanescentes que parten de los dedos y caen deshaciéndose mientras se deslizan por el brazo y sus distantes curvas.

Los segundos se evaporan, y todo dura tan poco que deja de merecer ser recordado.




III
Las gotas caen obligándome a recordar que el día no está vivo.


La sangre de la noche grita y suspira contra mí, golpea mi ventana con tanta fuerza que casi la rompe y hace que en mi cuarto empiecen a entrar las ventiscas que anuncian el invierno.


IV

Escribir para dejar de hablar, para gritar con los dedos, para hacerlo real... o sobrevivir dos horas más.

Escribir para no sentir la frialdad del piso humedecido o para desamarrar los lazos que se han encargado, hasta el momento, de sujetar mis manos a los árboles que invento y de hacerlas ajenas a mi cuerpo, a ellas mismas.

No consigo escribir. Pero estoy escrita por dentro...

Mi cuerpo se evapora lentamente y con él, mi espacio deja de ser materia y es nada, es polvo y pasado.

Mi cuerpo empieza a ser de sombra y del humo que corroe a su paso todo lo que intenta tocar.

El proceso surge del fondo de mi boca, las voces que conviven a mi alrededor corren desesperadas hacia mi garganta y confluyen todas allí;

Entonces empiezan a gritar desde lo más profundo de mi cuerpo sin que yo pueda silenciarlas.

Gritan, se quejan y me reclaman que sea yo, en mi totalidad, el único nido que alberga el dolor que invade al resto del planeta.