agosto 05, 2008

Preludio


Caminando puedo darme cuenta que caminar contigo no es como antes, como fue o como sería en otro momento.
Que caminar contigo implica pensar en la llave roja que en un instante pasado fue de oro, pero que decididamente vuelve a nosotros para que la contemplemos sin poder abrir ninguna puerta con ella.
Que caminar contigo a veces ni siquiera es caminar; es correr a saltitos, cantándole a parís bajo los faros de dulce luz.
Que caminar contigo hablándome es como ver mil puertas, y saber que la llave se quedó allá atrás pero que conservamos la sorpresa de suspendernos frente a una de tantas opciones que tenemos.
Que podemos caminar sin esperar. Sin buscar.

Que podemos caminar huyendo, tal vez, de lo que queda atrás, sólo para empezar con otro color, otra palabra, otra canción con la misma melodía.
Que podemos caminar sólo para saber que inspeccionamos las mismas calles cansadas de años y de sol, rodeadas de puertas y de muertos y de luces en movimiento, y que no importa el tiempo si sabemos, en el fondo, que cualquier día podemos volver por la llave, por la roja y gigantesca llave que nadie más tendrá.

2 comentarios:

G dijo...

ok.
Creo tener una vaga idea de lo que signifique la llave, muy vaga, quizas este cerca o quizas no.
Es, en mi caso, como cuando estas con alguien y un mundo nuevo se crea alrededor, un mundo hecho por los dos, y para los dos, un mundo al que solo existe una llave, la llave que solo dos poseen.

¿por que dorada y roja?
solo me imagino que dorada fue en el pasado, porque lo que fue se ha deteriorado. El tiempo corroe todo, y todo muere, y nada es eterno, y la esperanza se vuelve desesperanza o un engaño.
Roja no tengo idea de por que jaja...

dime, ¿me acerco?

Anónimo dijo...

la llave, la cerraduro y el carcelero, las triadas feroces de nuestras vidas...