agosto 06, 2008

Lo que es y lo que no


Hitchcock ordena silencio.

Yo miro hacia un lado y titubeo un poco, mientras su rostro dirige la atención a la derecha y me logra intimidar increíblemente.

Él piensa en una mujer, o quizás en varias.

Fräulein.

Se suspende sobre mi puerta y yo me suspendo sobre él, de manera invisible.

Me quedo mirando su dedo y su ceja, al tiempo que mis manos y mis dedos no desean otra cosa que convertir la madera en agua y atravesarla para tocar su silencio, el de Hitchcock.

1 comentario:

Anónimo dijo...

el gran alfred, el único que supo escuchar el silencio de nuestros pasos en esta tierra...
genial!