Despierto, utilizo lo que me resta del alma,
Casi inerte recorro con los dientes las calles para engendrar mi nombre.
Pero mi carne se resiste, mis ojos ven mi cara y su boca desaparecida.
Mi boca yace en silencio.
Mi mano es incapaz de un solo trazo.
Mi letra es invisible, pero las palabras me pertenecen.
Y aunque mi mano no tenga ya fuerzas para levantarse,
Sé que estoy completamente escrita por dentro.
1 comentario:
Vengo a través de la máquina de coser palabras y... bueno... Me gustan mucho tus textos, tu blog en general, y más este escrito por dentro.
Un abrazo,
Izaskun
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