Claveles color plata hay en este jardín.
Ríos de calma se dibujan en la profundidad del bosque cuando los cordones de la niña rozan el piso.
El humo se vuelve árbol, hoja, gota de aguacero o tinta de granizo.
Se transforma en un camino que a veces conoce su final pero jamás su principio.
El humo de dulce aroma que sale de mis venas es así también.
Oscurísimo viento denso, manifestación de incendio y de polvareda que corre hacia su centro inexistente.
Pero entonces la turbulencia sigue y busca, busca, observa y finalmente encuentra.
Entonces todo permanece como si hubiera una razón, un lugar de refugio; como si yo pudiera verlo y acercarme ya sin miedo, con la convicción inquebrantable que da el bosque y el lago que me mira.
Como si entonces pudiera volver a caminar.
1 comentario:
Me gusta tu blog, me gusta lo que escribes, tienes algo innato xD una facilidad para expresarte, usando las palabras precisas y las metáforas, es un lenguaje diferente,
chao
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