mayo 29, 2008

Pues ¿Porqué no?

“...estaba siempre muy alegre o muy deprimida. Para ella no había término medio. Algunos decían que estaba loca. Lo decían los tontos. Los tontos no podían entender....”
'La chica mas guapa de la ciudad' de Charles Bukowski







¿Por que no? Ahora que recibía esos mensajes escritos, verbales y no verbales decidió eliminar aquellas pantallas amistosas que siempre había vestido para no lastimar a los conocidos y desconocidos.

Y ¿por qué no? Quizá hasta podría respirar mejor, vivir mejor, más tiempo... o menos tiempo quizá, pero estaría mas tranquila, dejaría de vestir esas mascaras y ritos que la hacían tan agradable a la vista de todos.

Pues ¿Por qué no? Y se permitía mandar a todos los que la necesitaban al demonio, al carajo, al fondo de un pozo, al final de una carretera, al limite del mundo, donde no pudieran escuchar los tiros y maldiciones que provenían de aquella boca que solo conocían por los besos o buenas frases que les regalaba.

Pues ¿Por qué no? Igual aquel día cuando descubrió en el catecismo, que todo es alfa y omega, principio y fin, ella y todos, solo ella, ella, y nadie mas, había tocado un limite, lo supo cuando dejo de respirar frente a todos, incluso frente al mar.

Pues ¿Por qué no? Que les soltara la mano, su ayuda, su guía, su presencia, si cual ciegos la solicitaban todos, hasta que recuperaban la luz o la vista, entonces ya no servía, era un estorbo, algo más de lo que tenían que deshacerse para disfrutar de sus nuevas etapas, de sus logros, de sus visiones, hasta que otra vez el nervio ocular de la conciencia se bloqueara y la visitaran de nuevo.

¿Por qué no? Permitirse un rato de oscurantismo ella también, de tristeza, de amargura, de gritos, de llanto y desprecios, también quería hacerlo, si era a solas o lejos, lo hacia por el amor que todavía les prodigaba.

Pero, ¿Por qué no? Pues porque hace tiempo sufría de miedo, de melancolía, de angustia, por todo y por todos, porque ella los amaba tanto y a ellos no les importaba.

Aunque, ¿Por qué no? quedarse y decírselos como tantos días y noches cuando lo murmuraba o lo escribía para ellos, aún si los ojos de los otros jamás encontraran los de ella, cuando el otro par navegaba para otros, nunca para ella.

Y ¿Porqué no? la notaban, la presentían, se lo decían, lo escribían siquiera, porque quizás (pensó mientras guardaba unas notas en el cajón) ella no importaba tanto para los reflejos de su tiempo.

¿Por qué no? escoger bien a quien le daba su tiempo y sus mimos, su cuerpo y su risa, su animo y frases de alivio, su frescura y su llanto, cerró el cajón.

¿Por qué no? Ahora que recibía esos mensajes escritos, verbales y no verbales decidió eliminar aquellas pantallas amistosas que siempre había vestido para no lastimar a los conocidos y desconocidos.

Y ¿por qué no? Quizá hasta podría respirar mejor, vivir mejor, más tiempo, o menos tiempo quizá, pero estaría mas tranquila, dejaría de vestir esas mascaras y ritos que la hacían tan agradable a la vista de todos.

Y ¿por que no? igual hoy, se daba un tiro.

Todo era negro.

No hay vida mas allá del camino.

2 comentarios:

Kenneth Moreno May dijo...

muchas veces, cuando me acuesto, siento la presencia de la muerte y me angustio, saber que voy a desaparecer y todo va a pasar, es una sensacion aterradora, porque alli, nada es negro, nada es nada.

decir que todo es negro es presuponer un color, es presuponer un ojo, algo laro con que contrastar lo negro, pero en la muerte no hay nada, ni siquiera es posible decir que en la muerte no hay nada, porque la muerte no es un desierto vacio. la muerte no es nada, el solo hecho de decir eso (que no es nada)la hace algo. asi que es imposible decir algo sobre ella

Anónimo dijo...

Te recuerdo esta noche princesa azul

Te veo y me doy cuenta de la tormenta que pasa al lado de mi

No fue suficiente