mayo 30, 2008

Puente que me aleja


"(...) Dónde vas? Quédate junto a mí,

corazón tempestad,

corazón desmesurado,

soy más que un eterno aprendiz

que si no está contigo se ahoga en su propia cordura"


Aunque han pasado más de veinte minutos, no hemos cruzado más de dos palabras.

Me doy cuenta que su tono imperturbable vuelve a irritarme tanto como para no decir ni hacer nada.

Sólo me volteo, esquivándolo a él y haciendo todo lo posible por sumegirme en mí misma y olvidar que continúa hablando.

Me acuesto en la cama y su piel me persigue rápidamente.

Yo me doy cuenta que evadirlo es estúpido, porque realmente no quiero.

Lo beso y una dulzura estupefacta y quieta invade mis pies como un rayo estremecedor y escalofriante.

Pasan horas y seguimos escuchando la música del principio que suena y vuelve a empezar, como si con su ciclo nos repitiéramos también nosotros.

Miro sus cejas y pienso que todas las circunstancias que me llevaron a estar ahí, con él, son una construcción mía, planificada, cruel y canalla como las acciones de cualquier otra persona bajo cualquier otro viento.

Que, como dice Borges en su metáfora del hombre que construyó un mapa y éste resultó teniendo las mismas irregularidades de su rostro, yo he creado toda esta situación como un volátil pero reconfortante reflejo de mí.

Lo he desdibujado y vuelto a dibujar a él con mis manos, intentando siempre volverlo un dulce espejo donde yo misma me pueda mirar, admirar y saber que no soy tan ajena a todo

Y que, al menos mientras él esté ahí, yo me sentiré más sola porque, al fin y al cabo, soy mi única compañía.
Me anestesio de nuevo con la estúpida daga de la necesidad de dolor y me acuesto en el puente suspendido que me aleja de la verdad de las cosas.

3 comentarios:

G dijo...

Clara esta la escencia de cuando uno piensa y piensa y da la vuelta al dia en ochenta mundos, cuando uno ve cosas donde no hay, donde uno inconcientemente busca sufrir, para que uno busca sufrir?? para sentir algo??

AdMortem dijo...

Sufrir por inercia... sólo sufrir, queriendo sin querer... sufrir por la pura necesidad de cambiar de estado... eso es raro.

Kenneth Moreno May dijo...

Esta muy bueno.

Escribiendo con las visceras.
Corrigiendo una y otra vez con la cabeza.

Esa es la cloave