octubre 04, 2008

La niña-roca


Está consumado - dice la madre -
mi hija se ha vuelto una roca,
encerrada en su cuarto
juega a hacer titilar las estrellas
que suspiran dolorosas como los ojos de una quinceañera.

Mi hija se ha vuelto roca,
sus labios se juntaron, enmudeció,
y cuando apoyo mi oído sobre su pecho
no logro escuchar sus latidos.

Está consumado - dice la madre -
han asesinado a mi hija
han esculpido su triste réplica profana
y la han lanzado al lecho, inmóvil,
para que ocupara su lugar,
para que intentara consolarme.

[Un vapor extraño repleta el cuarto donde llora la madre
contemplando la escultura de su querida niña,
las sombras reptan por los muros como curiosas salamandras
algunas doblan sus cuellos para asomar sus torcidas cabezas]

La madre toma el trozo inerte y lo guarda, con lágrimas, dentro del armario.
La puerta del cuarto se cierra, las suaves manos de la madre dan vuelta la llave.
Ni una lágrima más, solo silencio y hemorragia interna.

2 comentarios:

G dijo...

es como un recuerdo
aunque los momentos son, valga la redundancia, momentaneos los recuerdos se sostienen siempre igual que un monumento, una estatua y las esculturas, y es todo lo que no es quedará

Anónimo dijo...

Muy bonito su escrito... realmente es bastante impredecible, es excelente...