julio 15, 2008


Él vigoroso, ella pequeña.
Su pecho la abarcó completa, sus manos se trenzaron, sus bocas se unieron y sedientos de sus respectivas esencias, no supieron cómo seguir respirando sin convulsionarse.
Las miradas se encontraron y al verse, sus labios emitieron el sonido de sus nombres.
Ella emergió completa en su femineidad y volcó sus ansias tantas veces reprimidas…
Él sabía cómo insuflarla de pasión.
El fuego fue abrazándolos hasta que ambos ardientes, esperaron la culminación del gozo de experimentarse…
En un momento cumbre sólo se escucharon dos respiraciones jadeantes que emergieron del cercano cuarto vecino…

1 comentario:

Anónimo dijo...

somos nosotros, gracias